Adiós a Terri Schiavo, que murió alrededor de las 9:00 horas de ayer (cuatro de la tarde en la Península), después de siete años de intensa batalla legal entre su marido y sus padres, en el caso que se recordará como uno de los más largos en la historia de litigios de Estados Unidos. El primero reclamaba el derecho de Terri a la muerte, tras quince años postrada en una cama y conectada a una sonda que la mantenía con vid de forma artificial, mientras que sus progenitores demandaban la necesidad de vivir de su hija, apelando a la compasión de la gente. Así, se pone fin a dos semanas de agonía, después de que a Terri se le retirase y volviese a conectar el catéter alimenticio que la mantuvo con vida hasta tres veces en los últimos años.
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